Los hechos que marcaron el año y que nos llenaron de indignación están aquí. Elija cuál fue el más deplorable de todos
El fútbol peruano, señores, no existe. Acá, al menos, el fútbol no es un deporte, sino un género dramático donde se confabulan intrigas, se soborna árbitros y donde los dirigentes solo buscan su propio beneficio mientras los futbolistas escapan de sus habitaciones burlando la seguridad cuando deberían estar durmiendo. Si no fuera así, ¿puede explicar usted cómo es que ocurren los hechos que enumeramos abajo? Son todas aquellas cosas que nos deja el 2010 que ya se va y que nos llenan de indignación. Léalos, y ríase. Si puede.
1. La re-reelección. Le dicen ‘doc’ pero más que parecerse a Vladimiro, tiene un aire al Chino. Manuel Burga se reeligió por segunda vez como presidente de la Federación Peruana de Fútbol contra la voluntad del 92% de peruanos que no votamos pero que tenemos que soplarnos resultados terribles de la selección. Todo, con la complicidad de clubes a los que se les convence con indulgencias y de presidentes de federaciones departamentales a los que se les seduce con almuercitos en la Videna y promesas al por mayor. Como diría Cappa: ¿Y el fútbol, dónde está?
2. Tres ases. “Reimond, no tengo sueño, ¿vamos a jugarnos unas fichitas?”, habría sido la pregunta de la ‘Foquita’. “Ya pues, pero llevémonos a ‘Tyson’ que ronca mucho y no deja dormir”, habría sido la respuesta del ‘Pelusa’. Así se haya dado este diálogo ficticio, lo cierto es que a estos tres jugadores se les ocurrió salir del hotel de la selección en Panamá para irse a un casino sin contar con que una cámara indiscreta les iba a tomar una foto. Luego se desató todo: se dijo que salieron más de tres jugadores y que contaron con la ayuda de un representante. Reimond, cual chibolo pillado in fraganti, llamó a Markarián tempranito para decirle que él no era parte de la salida y horas más tarde se volvió a comunicar con el DT para admitir su culpa y ofrecer “colaboración eficaz” (o sea, delatar a Jefferson). El primer ‘chongazo’ de la era Markarián nos dejó sin un titular indiscutible (Farfán), un recambio efectivo (Manco) y un boxeador que quería salir de la banca de suplentes (Galliquio).
3. ‘Zlatan’ a Newell’s. No es culpa suya que sea uno de los mejores definidores del año, y tampoco que muchos clubes lo hayan querido en su momento. La opción más segura era, sin lugar a dudas, Newell’s Old Boys, pero tampoco es culpa de José Carlos Fernández que los directivos de Alianza sean tan angurrientos. Pocho Alarcón no llegó a un acuerdo con los argentinos y el delantero casi se queda tirando cintura. Felizmente, apareció Deportivo Quito.
4. Nueve sin puntos. Sport Huancayo jugaba su primera Copa Sudamericana y su participación difícilmente será olvidada. No porque haya hecho una gran campaña o por hacer alarde de buen toque de balón y ‘fair play’. De hecho, lo que pasó fue más una patada artera al orgullo nacional: perdió 9-0 con Defensor Sporting jugando con un plantel que había sido contratado para ese torneo y que, fácil, hasta se conocieron en el avión hacia Montevideo. El único que corrió todo el partido fue Marco Flores, el arquero huancaíno, que tuvo que ir varias veces al fondo de su arco a recoger el balón.
5. Jueces sin rostro. Si el soborno arbitral es un mito para todos los actores del fútbol peruano, es porque no le hicieron caso al juez de línea Rubén Quezada, que denunció al comisario de la ADFP Fausto Roldán, le había ofrecido un sencillo para favorecer a León de Huánuco en el partido de local ante Juan Aurich. Igual, ni lo necesitaron: el equipo huanuqueño ganó sin atenuantes, pero para que no queden dudas de que en el fútbol peruano se trata de ganar los partidos jugando con los árbitros, dos jueces de la Copa Perú fueron detenidos mientras recibían un soborno.
6. Yo te perdono. Una tarjeta roja es suspensión de una fecha a menos que haya agravantes. Eso es casi un axioma en el fútbol que la Comisión de Justicia de la ADFP apreció no entender. Sus miembros anularon, sospechosamente, una tarjeta colorada a Gustavo Rodas, el mejor jugador de León de Huánuco, nomás porque el árbitro del primer partido del ‘play off’ no colocó a quién le había metido golpe el volante en una trifulca donde todo el mundo dio y recibió. Lo único bueno es que Franco Navarro puso las cosas en su sitio al decidir no alinearlo en el segundo encuentro, por pura decencia. Franco perdió el título, pero le dio una lección a los personajes oscuros que gobiernan el fútbol.
7. Dos puntos, dos. En agosto, mientras a ‘U’ se desangraba en conflictos internos, Ricardo Gareca alzaba la mano para cobrar 125 dolarillos que los dirigentes merengues habían olvidado depositar en su cuenta desde la época en que el ‘Tigre’ era DT crema. La gracia le costó a Universitario dos puntos que hubieran permitido a los cremas ubicarse en la accesible liguilla par y quizás, pelear el título.
8. A lo Bilardo. José Mallqui debe ser un figuretti empedernido. Otra cosa no explicaría su necesidad de aparecer en los diarios, aunque sea por causas nada nobles. Su prontuario, que ya incluye un intento de soborno en Talara, su participación en una inefable comisión seleccionadora y una amnistía dada por Burga –sabe Dios a cambio de qué– ahora se ve enriquecido con un incidente que dio la vuelta al mundo: jugadores del Hijos de Acosvinchos denunciaron haber sido drogados durante un partido contra Sport Áncash –club que preside el también congresista– a través de somníferos en las botellas de agua. ¿Saben a quién culpó el flamante émulo de Carlos Salvador Bilardo por los desmayos de sus rivales? A un pollo a la brasa.
9. Noticia de un secuestro. En un incidente de por más extraño, el árbitro FIFA Georges Buckley perdió su posibilidad de arbitrar en el Mundial de Clubes porque no llegó a las pruebas físicas. Trascendió que el réferi había sido secuestrado y la versión fue refrendada por el propio juez, pero en momentos como ese es cuando las pirañas aprovechan: hubo voces que insinuaban que Buckley había pateado el tablero, que poco le importaba el arbitraje, y hubo quien recordó maliciosamente un incidente que sufrió en Chile, cuando fue detenido por una antigua causa de consumo de drogas. Finalmente todo se aclaró, pero debido a la premura del tiempo Víctor Hugo Carrillo acabó dirigiendo en ese torneo y hasta fue cuarto árbitro en el Inter-Mazembe de la final en lugar de uno de sus mejores amigos.
10. Fútbol macho. Los partidos de instancias finales de Copa Perú siempre acaban en bronca. Hace poco, en Ica, hinchas del Sport Victoria casi masacran a un grupito de entusiastas fanáticos del ADT, nomás porque tuvieron el atrevimiento de eliminarlos. En la siguiente etapa, tras la eliminación de los tarmeños, sus fanáticos la emprendieron contra Héctor Pacheco, que tuvo que disfrazarse de policía junto a su terna para poder huir del estadio mientras ellos hacían un forado para entrar al campo y darle su merecido a ese pobre tipo que cometió el pecado de vestir de negro.
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